En principio, es necesario estimular la creatividad en las personas participantes. Una actividad común para la ideación que produce buenos resultados es la 'lluvia de ideas'. Una técnica que permite la libertad y la generación de categorías o líneas de trabajo más completas dentro de la organización.
Posteriormente, se debe establecer un método para filtrar todos lo conceptos o nociones producidos en la etapa precedente. Es importante conservar un grado de flexibilidad con estos criterios de evaluación, puesto que muchas veces las ideas más creativas exigen la reflexión de algunos supuestos establecidos. Se puede leer el conjunto de ideas que han surgido y clasificarlas según potencial. Se puede realizar este ejercicio tantas veces como sea necesario, en caso de que solo sea requerida una posible salida.
Luego, se puede explorar un procedimiento de selección adecuado. Normalmente, se agrupan las ideas semejantes y se proponen categorías generales o etiquetas para organizar las ideas en grupos. Es mejor si el ejercicio se realiza de manera grupal para asegurar que el objetivo trazado al inicio se conserve y se descarten aquellos conceptos que no se acercan al ejercicio.
Finalmente, una vez establecidas las categorías depuradas, se puede construir un concepto más sólido ajustado a la necesidad de la institución. En ocasiones estos procesos creativos son utilizados para el ajuste de nuevos enfoques, nuevos conceptos o nuevos objetivos para la innovación, por lo que surge la necesidad de generar nuevas ideas para enriquecer o adaptar el trabajo.
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